lunes, 3 de diciembre de 2018

La Fisioterapia como excelente método de Rehabilitación para el Dolor

     

     
        La fisioterapia es una disciplina sanitaria que ofrece una alternativa terapéutica no farmacológica para paliar síntomas de múltiples dolencias, tanto agudas como crónicas, por medio del ejercicio terapéutico o la aplicación de calor, frío, luz, agua o con técnicas manuales como el masaje. Según la Confederación Mundial para la Fisioterapia, la fisioterapia tiene como objetivo facilitar el desarrollo, mantenimiento y recuperación de la máxima funcionalidad y movilidad del individuo a través de su vida.



   La fisioterapia es ampliamente requerida para el tratamiento de procesos sin un tratamiento médico definitivo y que cursan con dolor. Se caracteriza por buscar el desarrollo adecuado de las funciones que producen los sistemas del cuerpo, donde su buen o mal funcionamiento repercute en la cinética o movimiento corporal humano. Interviene, mediante el empleo de técnicas científicamente demostradas, cuando el ser humano ha perdido o se encuentra en riesgo de perder, o alterar de forma temporal o permanente, el adecuado movimiento, y con ello las funciones físicas. Sin olvidarnos del papel fundamental que tiene la fisioterapia en el ámbito de la prevención para el óptimo estado general de salud.



     Existe un error común y es considerar que fisioterapia y rehabilitación son lo mismo. La verdad es que la rehabilitación es el resultado de aplicar, entre otras cosas, la fisioterapia para la recuperación física, psíquica, social y laboral. Pero la rehabilitación no incluye solo la fisioterapia sino que intervienen en ella otros profesionales sanitarios o no. La fisioterapia se ocupa principalmente de la recuperación física, mientras que la rehabilitación es un trabajo multidisciplinar e integral en el cual intervienen, además de la fisioterapia, otras disciplinas como la logopedia, la terapia ocupacional, la psicología, y la rehabilitación y medicina física como especialidad médica, entre otras. 

     La terapia física, como método de recuperación, es una parte fundamental del proceso de rehabilitación después de una lesión grave. Si bien los detalles de la rehabilitación dependerán de objetivos individuales, los fisioterapeutas han puesto vital atención en este proceso. Un fisioterapeuta puede ayudar al paciente a formular objetivos apropiados a su estilo de vida. La rehabilitación sirve para ayudar a los pacientes a regresar a su estado anterior o para mejorar su condición tanto como sea posible después de una enfermedad o lesión que ha causado dificultades físicas de un tipo u otro.

Método de Mckenzie


     




      El método de Mckenzie consiste en ciertas posturas y movimientos para aliviar el dolor y restaurar el movimiento de la columna vertebral durante el tratamiento, teniendo como fin corregir la hiperlordosis lumbar y aliviar la lumbalgia provocada en base a ejercicios de extensión. 




    Este método nació por la experiencia de un paciente, en la cual el Fisioterapeuta lo denominó como “Fenómeno de Centralización” ocurrió en 1956. Un paciente, 'Mr. Smith', tenía dolor lumbar derecho que se extendía desde el glúteo y muslo hasta la rodilla, había recibido un tratamiento durante tres semanas sin mejoría. Se podía doblar hacia delante pero no se podría extender hacia atrás. El Fisioterapeuta Mckenzie salió un momento de la consulta y le dijo que se desvistiera y se tumbara decúbito prono en la camilla de tratamiento, justo después de haber tratado a otro paciente al que había tratado con el respaldo inclinado. Sin devolver el respaldo de la camilla a su posición horizontal, y sin que ningún otro compañero le avisara de hacerlo, Mr. Smith se tumbó en la camilla con la zona lumbar en extensión durante unos cinco minutos. 



     Después de ese tiempo, cuando entró en la habitación, Mckenzie se quedó horrorizado cuando se encontró al paciente tumbado de esa manera que hasta la fecha estaba considerada como la posición más perjudicial. Cuando le preguntó al paciente cómo estaba se sorprendió cuando le dijo que éste había sido el momento en que mejor se había encontrado durante las últimas tres semanas. Todo el dolor había desaparecido de la pierna. Además, el dolor de la espalda se había movido del lado derecho hacia el centro y también había mejorado notablemente en el rango de extensión que estaba restringido. Al ponerse de pie, el paciente permanecía mejor sin aparecer el dolor de la pierna. La posición fue adoptada de nuevo al día siguiente y como resultado se produjo una resolución completa del dolor lumbar. El movimiento del dolor de la pierna o glúteo hacia el centro de la espalda es lo que hoy día conocemos como fenómeno de Centralización." 


     Mckenzie sostiene que la región donde la columna se une con la pelvis es la de mayor riesgo estructural, puesto que la zona lumbar puede estar rectificada y causar dolor. Normalmente la lordosis es una curva acentuada hacia delante que está presente al estar de pie correctamente y tiende a perderse cuando la persona está sentada por largos periodos, causando así, diferentes problemas. 

Los pacientes se pueden clasificar de la siguiente manera: 

  • Síndrome de Derangement (implica una obstrucción mecánica en el movimiento de la articulación. El dolor se moverá de una localización distal a una más proximal en respuesta a la dirección de movimientos específicos. 

  • Síndrome de Disfunción ( Es causada por la deformación mecánica o el deterioro estructural del tejido blando) 

  • Síndrome Postural (El sí­ndrome postural es el dolor y otros sí­ntomas resultantes que se deriven de mantener una postura por mucho tiempo o por el mantenimiento de una postura inadecuada para los trayectos cortos de tiempo.) 

  • OTROS: Todas las clasificaciones y la clasificación del subgrupo OTROS tienen una clara definición operativa que nos permitirá una clara identificación. 

     Cada síndrome será tratado acorde a su naturaleza única, con procedimientos mecánicos específicos, que incluirán movimientos repetidos y posiciones mantenidas. MDT es un sistema de clasificación exhaustivo e incluye un pequeño grupo de pacientes que puede que no se incluyan en uno de los tres síndromes pero que se encuentran en el subgrupo OTROS que incluye patologías severas o graves, patologías de causas no mecánicas dolor crónico, etc. 


Beneficios del método Mckenzie 

    La evaluación MDT va a permitir una rápida identificación de los pacientes que se van a beneficiar del tratamiento basado en los principios de MDT 

Las estrategias de MDT han demostrado ser capaces de: 
Reducir los índices de cirugías 
Evitar intervenciones quirúrgicas 
Conseguir mejores resultados que con los tratamientos centrados en manipulación de columna o ejercicios genéricos 
Tener una mejor relación coste beneficio 


Indicaciones: 

     El método Mckenzie es especial para tratar dolores en la espalda, principalmente para personas con Lumbago, Hernias discales, dificultades para agacharse debido a rigidez o dolor, dolor de espalda con irradiación a la pierna, dolor de cuello con irradiación al brazo, parestesia de pies o manos. 

Contraindicaciones:


  • Presencia de tumores malignos primarios y secundarios 

  • Infección de cualquier tipo 

Estados inflamatorios en la etapa aguda 

  •  Patologías severas con déficit neurológico 

  •  Debilidad generalizada del sistema óseo (ej. osteoporosis) 

  • Fracturas, dislocaciones y rupturas ligamentosas 

  • Inestabilidad de la columna vertebral (fracturas, espondilolistesis) 

  • Anormalidades vasculares 

  • Diabetes avanzada 

  • Periferalización de los signos y síntomas 

  • Dolor severo acompañado por espasmos 

  • Condiciones emocionales

Protocolo de Ejercicios del Método Mckenzie


   Evaluación Fisioterapéutica 



    Primero que nada, al llegar el paciente, lo primero es completar la hoja de valoración inicial, a través de las preguntas que realiza el fisioterapeuta. Luego de ello, se exploran la postura y la movilidad que presenta el paciente en ese momento, esto nos servirá de comparación para cuando iniciemos los ejercicios. Una vez completada esta parte, se da paso a realizar los ejercicios en pocas repeticiones, evaluando cada vez si existe algún cambio tanto en los síntomas como en la movilidad, ya que va a ser lo que determine la dirección de preferencia (flexión, extensión, etc.), la cantidad de repeticiones, y la frecuencia con la que deberá reproducirlas el paciente en casa.

     Para la zona lumbar, estos ejercicios parten de la posición de decúbito prono, luego pasan a bípedo y por último, se realizan en sedente. Se repitan al menos 10 veces por sesión, unas 6 u 8 veces por día.

  • En prono: Posiciones de relajación para la columna lumbar, progresando a contracciones excéntricas isotónicas. La contracción es simultánea a la relajación. Primero, el paciente coloca sus antebrazos en la camilla en flexion de codo de 90°, manteniendo esa posición, luego se va aumentando el rango colocando sus manos apoyando el mentón, y al pasar los 5 min aumenta la curvatura de la columna hasta llegar al punto en que los brazos y piernas estén completamente extendidos.





  • En Bipedo: Un ejemplo en esta posición es colocar las manos en la región lumbar y hacer extensiones sobre la pelvis, usando las manos como apoyo manteniendo las rodillas extendidas.




  • En sedente: Aquí, se enseña al paciente a mantener la lordosis lumbar correcta, colocando una almohadilla en la silla acorde a la zona lumbar, incrementando los periodos en tiempo y frecuencia.







Método de Williams.





    El método de Williams consiste en ejercicios de flexión para la corrección de la hiperlordosis lumbar. Estiramiento de los músculos lumbro-sacros y abdominales para evitar la hiperlordosis y lograr con esto evitar la desestabilización de la región lumbo-sacra.


      Williams publicó su primer programa de ejercicios en 1937 para pacientes con el dolor bajo crónico de espalda. Los ejercicios de Williams en flexión han sido una piedra angular en el tratamiento del dolor lumbar durante muchos años, así como para tratar una variedad amplia de problemas de espalda.


Objetivos:

· Mantener el control postural pélvico.

· Mejorar déficits funcionales de fuerza, movilidad o control motor pélvico, es decir capacidad de resistencia, coordinación y equilibrio.

· Reducir el dolor y proporcionar la estabilidad de la región lumbar

· Activar la región abdominal

· Conseguir de esta manera un equilibrio apropiado entre el grupo de los muscular flexores y extensores del tronco.

Indicaciones:


  • Lumbalgias de diversas etiologías. 

  • Corrección de hiperlordosis lumbar.

Contraindicaciones: 

  • Pacientes con hernias discales. 

  • Pacientes masculinos mayores de 50 años y femeninos mayores de 40 años.



Protocolo de Ejercicios del Método de Williams.



     Los ejercicios propuestos a continuación, se dirigen a pacientes con patología lumbar. El programa estará compuesto por una serie de ejercicios, que combinan la flexibilización y la potenciación muscular. Se recomienda incrementar de forma gradual según la valoración del fisioterapeuta tanto en número de repeticiones, de series y de ejercicios a lo largo del proceso de recuperación según sea el estadío en el que se encuentre, siempre y cuando sea bien tolerado por el paciente y no se reproduzcan los síntomas.


Ejercicio 1:




     Posición de partida: Colóquese en decúbito supino con las piernas ligeramente encogidas. Ejecución: Empuje la columna lumbar hacia abajo en dirección al suelo y contraiga los músculos glúteos. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie) Series: 2 series Frecuencia: 3 o 4 veces por semana. Duración: 6 semanas








Ejercicio 2:

     Posición de partida: Colóquese en decúbito supino con las piernas ligeramente encogidas. Ejecución: Empuje la columna lumbar hacia abajo en dirección al suelo y contraiga los músculos glúteos. Eleve una rodilla y llévela hacia el pecho abrazándola. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie) por cada pierna. Series: 2 series. Frecuencia: 3 o 4 veces por semana. Duración: 6 semanas


        







Ejercicio 3:

     Posición de partida: Colóquese en decúbito supino con las piernas ligeramente encogidas. Ejecución: Empuje la columna lumbar hacia abajo en dirección al suelo hasta que haga contacto con la camilla y contraiga los músculos glúteos. Eleve ambas rodillas y llévelas hacia el pecho abrazándolas. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie); Series: 2 series; Frecuencia: 3 o 4 veces por semana; Duración: 6 semanas



                   



Ejercicio 4:

     Posición de partida: Colóquese en decúbito supino con las piernas ligeramente encogidas. Ejecución: Empuje la columna lumbar hacia abajo en dirección al suelo hasta que haga contacto con la camilla y contraiga los músculos glúteos. Levantar solo la cabeza de la camilla, con los brazos abrazados. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie); Series: 2 series; Frecuencia: 3 o 4 veces por semana; Duración: 6 semanas


                     



Ejercicio 5:

     Posición de partida: Colóquese en decúbito supino con las piernas ligeramente encogidas. Ejecución: Empuje la columna lumbar hacia abajo en dirección al suelo hasta que haga contacto con la camilla y contraiga los músculos glúteos. Levantar la cabeza y los hombros de la camilla, con los brazos abrazados. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie); Series: 2 series; Frecuencia: 3 o 4 veces por semana; Duración: 6 semanas.








Ejercicio 6:


     Posición de partida: Sentado en el suelo. Ejecución: Baje lentamente el tronco e intente tocar los pies con la punta de los dedos de ambas manos. Las rodillas no deben doblarse. Los ojos deben enfocar hacia delante. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie); Series: 2 series; Frecuencia: 3 o 4 veces por semanas; Duración: 6 semana

                                                         





















Ejercicio 7:

    Posición de partida: Coloque un pie enfrente del otro con la rodilla izquierda doblada hacia el pecho y la pierna derecha hacia atrás con la rodilla extendida y en prolongación con el cuerpo. Ejecución: Doble lentamente el tronco hasta que la rodilla izquierda toque el pecho, e intente tocar los pies con la punta de los dedos de ambas manos. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repita el ejercicio con la otra pierna. Repeticiones: 5 (1 serie); Series: 2 series; Frecuencia: 3 o 4 veces por semana; Duración: 6 semanas



                     

Ejercicio 8:



     Posición de partida: De pie. Procurar a mantener el tronco tan perpendicular como sea posible al suelo. Los ojos enfocan hacia adelante. Ejecución: Baje lentamente el cuerpo doblando las rodillas. Mantenga la posición durante 5 segundos y repose 5 segundos y vuelva a la posición de partida. Repeticiones: 5 (1 serie) Series: 2 series Frecuencia: 3 o 4 veces por semana. Duración: 6 semanas


           


Ejercicio 9:




    Posición Inicial: Decúbito supino con las rodillas dobladas. Manos atrás por encima de la cabeza con los brazos en flexión de 180. Ejecución: Tocar con las manos las rodillas. Duración: 10 repeticiones (1 serie) Frecuencia: Diaria; Observaciones: Realizar el ejercicio lentamente y sin provocar dolor.